El mismo día que Sam D’Anna compró su Toyota Mirai por 75.000 dólares se dio cuenta de que había cometido un error. Salió del concesionario californiano con los tanques de hidrógeno casi vacíos y pronto descubrió que no tenía ningún lugar donde repostar, detalla The Scaramento Bee.
Es uno de muchos propietarios que se han unido para demandar a la marca y al propio Estado de California por lo que consideran un engaño: no hay infraestructura para que puedan usar sus vehículos.
De pagar 70 dólares por llenar el tanque a 200 dólares… y colas de cuatro horas
California, uno de los Estados más combativos en cuanto a emisiones, se está convirtiendo en uno de muchos lugares del mundo en los que repostar un vehículo de hidrógeno es misión imposible. La ciudad de San Francisco no cuenta con ninguna hidrogenera, y solo una se encuentra en el tramo entre la capital y Los Ángeles. El número de gasolineras en el sur de California también ha disminuido, detalla la cabecera local, y solo hay 41 ubicaciones en todo el Estado donde repostar hidrógeno (y no siempre están operativas).
La mayoría se concentran en el área de la Bahía de San Francisco y Los Ángeles, limitando mucho los viajes de los propietarios de coches de hidrógeno. De hecho la zona de Sacramento se ha visto especialmente afectada tras la decisión de la petrolera Shell en 2024 de retirarse del mercado de combustible para vehículos de hidrógeno, dejando a la región con una sola estación. El motivo: la caída de las ventas de los coches de hidrógeno en todo el mundo.
Cuando lo compraron, obtuvieron un cheque de 16.000 dólares en combustible y pronto comprobaron lo difícil que iba a ser gastarlo. Primero porque la falta de hidrogeneras hacía que llenar el tanque, un proceso igual de rápido al de llenar un tanque de gasolina, se demorara cuatro horas por las colas. Segundo porque el precio del hidrógeno se triplicó al agotarse los subsidios, lo que pasó de costar 70 dólares se convirtió en 200 dólares.
Foto: Toyota.
Por ello cientos de afectados se han unido en una demanda colectiva presentada este mes en el tribunal federal de Los Ángeles, además de otra que se presentó en noviembre del año pasado contra Toyota y el gobernador de California, Gavin Newsom, por dar la falsa imagen de que el mercado del coche de hidrógeno es estable. Los afectados siguen pagando las cuotas de un vehículo que no pueden conducir por temor a quedarse tirados, mientras tienen que pagar por un segundo vehículo de combustión.
Toyota, que dejó de vender los nuevos Mirai en el área de Sacramento hace poco más de un año, ha reconocido el problema y ha ofrecido un coche de alquiler cuando los usuarios no puedan repostar, al igual de Hyundai con el Nexo. Pero es solo un parche ante un gran problema.
Foto: Toyota.
En total, desde 2012 se han vendido poco menos de 18.000 coches de hidrógeno en todo el estado, en comparación con los 2,1 millones de vehículos eléctricos e híbridos de cero emisiones que hay en el Estado californiano. Levantar una infraestructura de hidrogeneras es muy complejo y caro, y solo países como China, Japón y Corea del Sur están consiguiendo prosperar.
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