Con más de 100.000 reservas en los primeros quince días, la pick-up eléctrica de Slate Auto, respaldada por una inversión de Jeff Bezos, se está imponiendo como el anti Cybertruck. El bajo precio, el diseño minimalista y la promesa de una vuelta a lo básico están conquistando.
La startup anuncia un precio en torno a los 25.000 dólares (menos de 22.000 euros) como su argumento principal en un mercado dominado por modelos que superan alegremente los 40.000 euros. ¿Cómo puede una marca estadounidense lograr precios tan bajos como los de una marca china fabricando casi todo en el continente americano? Su CEO, Chris Barman, dio algunas pistas en una entrevista. Aun así, quedan una serie de incertidumbres.
El sueño de un coche eléctrico barato
El mercado de los coches eléctricos parece dominado por la guerra tecnológica y los precios desorbitados (y no son sólo los eléctricos). Slate Auto irrumpe con fuerza con una propuesta radicalmente distinta y con la promesa de un precio realmente barato para un coche eléctrico altamente personalizable. Su CEO, Chris Barman, explicó en una entrevista con Sherwood, cómo piensan lograr un precio de venta de tan sólo 25.000 dólares.
Barman es ingeniera eléctrica y trabajó durante mucho tiempo en Fiat Chrysler, donde llegó a ser vicepresidenta de electricidad y electrónica. Ahora es consejera delegada de una nueva empresa de coches eléctricos que quiere lograr lo que Tesla no ha sabido, o no quiso hacer, y que sólo las marcas chinas han logrado hasta ahora: un coche eléctrico barato.
Y es que si bien los cómodos márgenes de beneficio que dan los automóviles de gama media y alta, también hay una demanda por coches más asequibles que simplemente cumplen su función principal, ir del punto A al punto B con un mínimo de confort y toda la seguridad que se pueda exigir.
“La industria se alejó del espacio de proporcionar un vehículo asequible. Subió y subió y subió de precio, y ha creado este espacio en el que es extremadamente difícil para los estadounidenses poder permitirse un vehículo nuevo”, reconoce Barman.
“En total, 55 millones de vehículos cambian de mano cada año: 15 millones nuevos, 40 millones usados. (…) Es una población masiva de individuos”, la que no puede acceder a un coche nuevo, explica Barman. Slate quiere proponer un coche nuevo, seguro (cumpliendo las normas de seguridad más recientes, como cinco estrellas NCAP), fácil de reparar y actualizar al precio de un coche de segunda mano.
¿Cómo puede lograr Slate un coche barato? Leyendo a Chris Barman no puede uno evitar pensar en que están aplicando la misma receta que Dacia. En Slate empezaron haciendo decontenting, es decir, quitar equipamiento, metafóricamente hablando, de forma extrema para dejar lo mínimo exigible por ley.
“Luego empezamos a ver qué cosas no son esenciales, pero que la gente quiere, aunque sea en un vehículo asequible. El aire acondicionado es uno de ellos [con botones físicos]. Uno que no se incluyó pero que está disponible como accesorio es el elevalunas eléctrico. Pusimos elevalunas manuales”, aclara Barman.
Al igual que ocurre en Dacia, algunos elementos de diseño se reutilizan en diversas zonas del coche. Por ejemplo, los reposabrazos de las puertas son universales (una sola máquina fábrica la pieza que se puede usar tanto en la puerta derecha como izquierda).
A bordo, Slate luce el mismo minimalismo, invitando a los conductores a utilizar sus propios dispositivos móviles, en lugar de imponer una pantalla táctil con una costosa interfaz multimedia, mediante un soporte universal para smartphones y dos tomas USB, en lugar de una gran pantalla táctil. Se seguirá vendiendo una tableta como opción para quienes la deseen. De nuevo, al igual que vino haciendo hasta ahora Dacia.
Obviamente, el diseño del coche huye de efectos de estilos por una cuestión de coste. Pretende además ser funcional y duradero. Slate hace hincapié en un alto grado de personalización, centrándose en que muchas reparaciones o personalizaciones las puede hacer en su casa el cliente de forma sencilla.
Por ejemplo, la carrocería gris no es pintada sino que son paneles de fibra reforzada tintados en la masa. Una solución mucho más barata que pintar un coche en una línea de montaje. No te gusta el gris, Slate vende kit de vinilos pre recortados para poder instalarlos uno mismo y así cambiar el color.
Alrededor de un centenar de accesorios estarán disponibles individualmente o en juegos, que los propietarios podrán comprar para adaptar su vehículo a sus necesidades, en el momento de la compra o más adelante. Desde unas simples franjas de color hasta la posibilidad de transformar esta pickup biplaza en un SUV de cinco plazas, casi todo es posible.
¿Y la batería?
Diseñar un coche sencillo de producir para que sea barato sin renunciar a elementos esenciales de confort, es toda una hazaña. “Tenemos aproximadamente poco más de 600 piezas, cuando la mayoría de los coches actuales tienen 2.500 o más”, recuerda Barman. Sin embargo, en un coche eléctrico, el elemento más caro sigue siendo la batería.
Con el dominio chino sobre ese elemento crítico y la guerra comercial que opone China y Estados Unidos va a ser una pieza delicada de conseguir y que sea barata. “SK On produce nuestros módulos en Commerce (Georgia). Luego ensamblaremos los packs en nuestra planta de Warsaw, Indiana”, asegura Barman.
El Slate equipa un motor de 150 kW (201 CV) y 264 Nm de par asociado a una batería de 52,7 kWh que proporcionaría una autonomía de unos 240 km. Y es donde el Slate no es muy diferente del resto de propuestas eléctricas. El coche es barato, esencialmente, porque equipa una batería pequeña. Sí, en opción, habrá una batería de 84,3 kWh, para una autonomía de 386 km, pero en ese caso el precio superará los 30.000 dólares. Ya no hablamos de un coche tan asequible como anunciado.
En el fondo, es normal y hasta lógico. La estrategia no deja de ser diferente de la de Dacia. Un modelo sencillo, muy asequible y que no renuncia a lo esencial es la puerta de entrada a un modelo más completo, con más equipamiento y con mayor margen. Así, aunque el Dacia Sandero sea el superventas de Dacia en Europa, es la versión más cara y con más equipamiento, la Stepway, que más se vende, supone hasta el 65 % de las ventas del Sandero en Europa.
Veremos si Slate logra convertir esa versión asequible en versiones más equipadas y más caras, asegurando su perennidad y su éxito.
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Imágenes | Slate Auto, Peugeot